Tengo mis alas rotas
y mis pies con espinas,
mis lágrimas son las marcas de mi camino
y su sonrisa es donde están mis laberintos.
Cuando me desnudo,
en vez de soltarme las prendas de ropa,
suelto mis lágrimas,
dejo caer cada gota
y es como se reincorporara cada pieza de mí:
vuelvo a ser yo, me permito sentir.
Llorar alivia,
me relaja saber que ese sufrimiento lo sentí
y no me dolerá más.
Aquel suspiro que doy es la firma del contrato de mi libertad,
donde no reprimo nada
y puedo ser la parte más vulnerable de mí.
Tengo las manos frías,
pero puedo dar abrazos cálidos.
Tengo más ojeras que sueños,
soy un momento ¿a qué te recuerdo?
Sé que estoy esperando un tiempo incierto,
donde seguramente parpadee y lo pierda,
pero siempre trato de ver más allá,
¿será porque soy lejana y a la vez, cercana del alma?
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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