Qué altas son mis noches
y ninguna caída es tan profunda
como para hacerme cerrar los ojos.
Qué elevada está la luna hoy,
trato de escalar el sueño sobre rocas vivas
y se sacuden cambiando la marcha,
me dejan fuera de mis párpados.
Qué altas son mis noches,
siempre estoy decayendo
y jamás caigo dormida.
Qué amplia es la luna
que es todo lo que puedo ver
y no puedo quitarle la mirada,
¿es insomnio o una obsesión enfermiza?
Qué profundas son mis noches,
recaigo en mi cansancio
y me hundo en el dolor.
Qué bajas son mis noches,
el alba se cuelga en mi ventana
y me mece con una canción de cuna,
me desea una bonita noche
y jamás alcanzo al amanecer,
vida mía, hazme salir de este enfermo bucle.
Qué oscuras son mis noches,
que tengo que esperar que las paredes de mi habitación
se pinten de dorado para dejar de tener miedo
y descansar, pero sabemos que no estoy descansando.
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