Siempre me ha gustado creer que todo termina,
porque solo así querré hacerlo durar más,
si suponemos que algo durará para siempre
lo dejaremos para un rato más
y el nunca podrá llegar,
supongo que confié demasiado en lo que teníamos,
era demasiado bueno que hubo un tiempo donde olvidé dar lo mejor de mí,
perdón por las promesas sin cumplir,
el tiempo no fue suficiente para vivir.
La vida siempre es incierta
y prometemos cosas como si realmente algo supiéramos,
confiamos en corazones que cambian de ritmo,
en latidos que nos golpean
y en amores que no siempre nos curan.
Nuestras promesas fueron como los sobres de cartas sin sello,
no importa lo que hayamos dicho, no hay valor.
Perdón por las promesas sin cumplir,
dicen que las mejores cosas de la vida no se planean,
pero lo peor siempre será aquello que no pudimos realizar.
La vida cambia
y mi vivir no está en tu latir,
corazones cercanos
que ahora son un amor lejano.
Las promesas no fueron un puente,
ahora levantamos muros tratando de hacer un fuerte.
Las promesas son el cimiento que no pudo sostener
aquella historia escrita entre las paredes.
Alguien rompe una promesa
y el otro se rompe,
cada bloque del jenga tenía una promesa
y la torre cayó hasta destrozarnos,
podemos ser cuidadosos o divertirnos un rato,
de todas maneras perderemos.
Las promesas tratan de escribir una historia
que tal vez jamás viviremos.
Somos promesas sin cumplir,
una carta sin estampilla,
solamente palabras
y una historia con final.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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