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Foto del escritorANMIR MARTZ

La parte trasera en tu árbol navideño

Jamás hubo una bota con mi nombre en tu árbol navideño

y siempre supe lo qué significaba,

pero decías que mi sensibilidad era una locura,

ahora dirás que mi resentimiento es una estupidez,

y está bien.


Supongo que solo alcancé a ser la parte trasera de tu árbol navideño,

en el caso de haber significado algo para ti,

porque dejaste las esferas rotas sobre mí

y un gran vacío del que nadie se percató,

siempre supe lo qué significaba,

pero dijiste que estaba siendo demasiado exagerada,

y para ser alguien que le encanta aparentar

conmigo ni siquiera te tuviste que esforzar.


Jamás me hubiera quejado de las veces

que me dejaste muriendo congelada

si para mí también hubieras tejido alguna bufanda,

y siempre supe lo qué significaba,

pero decías que yo estaba viendo cosas que no existían,

¿realmente alguna vez me miraste

o solamente era como quien observa la cuenta regresiva de una bomba?

sin querer saber nada.


Si es un árbol demasiado frondoso y lleno de luces,

entonces ¿por qué yo puedo ver los huecos?,

¿es porque me parezco o porque no formó parte del juego?


Derramaste tu maldita oscuridad

hasta llenar las paredes de sangre,

ellos te preguntaron que si a quién masacraste

y tú respondiste que a nadie,

yo siempre supe lo qué eso significaba,

pero mi voz jamás fue el aire

que movía a los carillones.


Sé que jamás habrá una bota con mi nombre en tu árbol

y tampoco amanecerá carbón abajo del mío,

no puedes ir diciendo que me merecía tu mierda

y parece que el apellido está hecho a la medida

para que pueda rimar, ¿quieres que te escriba una oda?


Siempre creí que era una familia demasiado pequeña

para tener los cientos de regalos alrededor del árbol

y siempre me sentí bastante pequeña

porque para mí jamás hubo ningún presente,

supongo que siempre estuve ausente,

y está bien, pero ahora que he crecido

quiero que me devuelvas mi infancia

o lo que le pertenecía a mi alma,

¿no había otros cinco niños para desquitarte?

enterraste tus uñas en mi carne

y a veces la línea familiar

solo predice las líneas de las heridas,

¿soy la fuerte o soy la débil?

incluso en mis luchas internas

me reconforta saber que no soy como tú,

yo soy la que quiere morir,

¿y tú cómo te atreves a vivir?,

¿cómo te soportas a ti misma?

entiendo, tienes tanto veneno

que a alguien tienes para picar,

lo sorprendente fue que no me tuviste que tocar.


Utilizabas la fogata

para despistar la caza de brujas

y siempre supe lo qué significaba,

cuando intenté hablar

ya estaba agonizando,

toda una vida

y no me alcanzó el tiempo para pedir por piedad

o exigir una explicación por lo qué se me acusaba,

ahora no tiene importancia.


Sé que recuerdas aquella vez en el estacionamiento

tu carro ya estaba lleno

y yo seguía esperando en la línea,

no había espacio para mí,

realmente pensé que me dejarían ahí

y dije casi llorando “¿y yo qué?”,

todos se rieron de la inocencia de una niña de tres años,

y eran ustedes los que siempre me hacían a un lado,

y sí, pensé que me abandonarían ahí,

es que siempre me hicieron sentir como una niña perdida,

luego utilizaron esa frase como una broma familiar

para alguien que jamás fue nieta, sobrina, ni siquiera hija,

¿podemos hablar de eso? porque lo recuerdo,

los primeros recuerdos de mi vida sucedieron ahí, en un viaje familiar,

me sentí tan sola y siempre supe lo qué significaba.


Dirás que exageré con el “¿y yo qué?,

y yo sé que no fue así,

si sobraba un espacio, me darían un vacío,

me dejarían al último no por pequeña, sino por insignificante,

porque ninguno de los otros cinco pasó por eso,

ellos subirían primero y tendrían sus asientos y tronos,

pensé que me abandonarían ahí

y yo solo tengo el derecho de reírme de mis inseguridades,

en mis chistes jamás está esa línea,

yo jamás me burlaría de una niña de tres años,

menos cuando dijo algo mientras estaba sollozando

porque el corazón se le estaba rompiendo,

jamás fuiste indiferente, solo cruel.


Puedo hacer una lista de todas las mierdas

y no, no me las imaginé, no las dramaticé,

yo no era demasiado sensible, tampoco era el problema,

era solamente una niña que estaba confundida

y no entendía cómo podían ser tan crueles con ella,

¿por qué los otros niños podían jugar libremente?

mientras tú tratabas de convertirla a ella en un títere solo para jalar sus cuerdas

y jamás entendiste porqué no la pudiste controlar,

debió haber sido la sensibilidad lo que no permitió la falsedad,

un alma pura, jamás has visto a ninguna igual.


Puedo hacer una lista de todas las mierdas

y mi enemigo favorito de la infancia podrá corroborar,

él vio todo desde otra perspectiva,

él no es sensible como yo,

él tampoco lo imaginó ni lo dramatizó,

él sabe el infierno que me hiciste pasar,

él sabe de lo que eres capaz,

¿cuándo lo aceptarás?


En la lucha en contra de lo que está sembrado en mi sangre,

prefiero marchitarme.


En 10 años, tal vez,

Marvick y Alba decorarán la parte trasera del árbol navideño,

se llenará el árbol con los lazos

y siempre habrá un lugar

porque en ese hogar no se excluirá a nadie

y ellos jamás dirán que la línea familiar solo predice las líneas de las heridas,

porque todo lo que acabó conmigo termina justo conmigo.

 

Felices fiestas y recuerden poner límites con sus familias, o estar con personas que aprecien y los aprecien, aunque también la soledad está bien, ya ven Grinch (sisoy).

Ya lo he dicho, pero igual: si algún día, en la otra década u otra vida, tengo hijos, se llamarán Marvick y Alba. El verdadero conflicto está en que el apellido Miranda sonará mejor que el otro apellido (sin importar cuál sea, nada personal), así que tendría que dejar de hacer “chistes” (o comentarios que claramente mi padre no cree graciosos) sobre la Mierda y Miranda, chance y hasta cambia el significado del apellido.


Escribí esto hace ya un par de días, nomás que quería esperarme a que pasará navidad, y no podía no publicarla antes que acabara el año.


Hace dos semanas, posiblemente, vi un video de una tipa que muestra las botas navideñas que su abuela teje para todos los miembros de la familia, es toda una pared muy bonita, incluye hasta a las parejas de sus familiares, luego salió otra tipa a exponer que gracias a ese video se dio cuenta que quitaron su bota (representativo a que no existe más ahí) y dicen que no deben creer en todo lo bonito de las redes sociales, eso de aparentar las relaciones perfectas (en este caso familiarmente), porque muchas veces hay mucha mierda. Blablablabla, y yo dije: UFFAS, es mi momento de ponerme a escribir, no porque busque protagonismo ya que ese jamás lo tuve ahí, simplemente porque también tengo cosas qué decir y a pesar que odio meter detalles (representar situaciones) en poemas (soy algo ética), si compartimos apellido (incluso la inicial), yo me siento con todo el derecho de escribir libremente, la historia, la poesía. Solo así no buscaré metáforas para situaciones, sentimientos, problemas, o lo que sea, contaré la verdad, lo que me corresponde decir (porque tampoco se trata, hablo desde mi punto de vista, de atacar a la(s) persona(s), solo al problema, si soy Miranda pero no una tal mierda, aun si es sinónimo eso, o rima, lo que quieras). Cualquier otra persona, por mi parte, está salvada, estamos bien, estoy bien, incluso con los Mirandas ya es un tema que he trabajado y sanado, algo, y desde esta cuestión familiar solo hablo meramente porque ya tengo voz y no se quiebra como cierto corazón (que está sanando).


En la Playlist que andaba escuchando, no estaba la canción Matilda (de Harry Styles), así que tuve que ir a buscarla para que las letras tuvieran más sentido.


En efecto, mi enemigo favorito de la infancia es mi hermano. En algún otro poema ya había hecho mención sobre lo de “¿y yo qué?”, PERO es el primer recuerdo que tengo de allí, por eso lo vuelvo a remarcar, es importante, y no es una anécdota que me guste contar, de otras cosas incluso de esa familia, si hago chistecitos. Y nada.

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