Las cosas que anidaban en nosotros
terminaron en la ceiba que siempre se está desprendiendo,
¿recuerdas cómo solía ser todo?
y la vida era nada
y yo estaba encantada.
Un paisaje arrumbado
y tu tono de azul sin ningún tipo de llamado,
un tiempo suspendido
fue todo lo que fuimos.
Mi lejanía y la fantasía,
mi cielo sediento,
¿dónde quedaron las nubes?,
¿acaso se esconden entre los algodones
de nuestro ceibo?
caminar alrededor de él se siente como si estuviéramos en el limbo.
Aquí el silencio se escucha diferente
y la brisa viva
solo habita en la lágrima.
Las cosas que anidaban en nosotros
terminaron en la ceiba que no resguarda a ningún pájaro,
pero seguimos siendo almas aquí abajo.
Nos recuerdo como si hubiéramos sido mil vidas atrás
y es la infancia el único lugar al que uno no puede regresar,
así que me dirijo hacia el árbol sagrado,
más allá de las leyendas, siempre fue la fuente de nuestra vida,
toma mi aire y vive.
Oh, nuestro amor fue de trincheras
porque solíamos confundir a las ráfagas.
Oh, nuestra bandada solitaria
creó al atardecer
solo para desaparecer.
El aire no mueve ninguna hoja de nuestro árbol
un tiempo suspendido
fue todo lo que fuimos,
y flotamos como copos de algodón,
¿así se siente la ilusión?
Martín, parece una crisálida
lo que está creciendo en las ramas,
serán nuestras garras
lo que le dará forma a las alas.
Y tú dices que las ramas
siempre fueron relámpagos
y los destellos
de todo el universo,
sus brazos siempre están abiertos al cielo.
Nuestros antepasados solían creer que
el cuerpo de nuestro árbol
éramos nosotros en el mundo físico,
pero nuestra ceiba
terminó en un paisaje olvidado,
temíamos que nuestras raíces
también le pertenecieran al inframundo.
¿Y qué podemos hacer con los vientos predestinados?
por eso la brisa viva habita en una lágrima,
el llanto se absorbe en el algodón
y nosotros creamos a las nubes
del atardecer, para desaparecer,
la ceiba se quedó con nuestras raíces,
tal vez allí pueda sentirte.
en lengua maya al árbol se le conoce como Ya’ax Che y según esta civilización, la ceiba surgió del centro de la tierra para que sus amplias ramas sostuvieran el cielo, mientras su recio tronco representaba el plano terrenal y sus raíces conectaran con el inframundo.
Al decir Martín hago referencia a los Martínez, ya que en la tierra sagrada de mi abuelo hay una ceiba que el adoró y nos dejó. Hace unos días estuve por allá y recordé a Tigger (de winnie pooh, claro) con su "gran gigantico árbol familiar".
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