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Foto del escritorANMIR MARTZ

Entre palomas muertas

El silencio empieza a inquietarse

y respira sobre mí

tratando de encontrar alguna vida

entre palomas muertas.


El silencio se impregna en mi pulso

y solo puedo escuchar a mi corazón rompiéndose

mientras veo sus pechos abiertos,

las palomas trataron de respirar una vez más

y cerraron los ojos sintiendo en sus entrañas el mismo aire

que alguna vez las hizo volar

ahora salir de ellas,

renunciando a sus vidas.


¿Qué hay en el aire?

apenas puedo respirar,

la vida es un parpadeo

y una de mis pestañas está en mi dedo,

le soplo como si mi aire

se pudiera convertir en una corriente

donde las palomas pudieran volver a volar

o tan siquiera respirar,

pero la vida es un parpadeo,

volveré a verte, paloma.


No está tu arrullar

y lo necesito para soñar,

todo es silencio cavando más profundamente,

qué terrible vacío.


Paloma, aterrizaste

y el cielo dejó de existir,

te hubieras quedado en el aire,

siempre volando,

ahora tu cuerpo ha hecho que la tierra se vuelva más fría

y todas las flores han muerto en la helada,

tal vez tú querías ser una flor de escarcha,

imposible arrancarle un pétalo,

imposible robarte el latido,

fuiste a arrullar a las olas,

puedo escucharte ya.


Un cuerpo frío queda tendido en el suelo,

nadie sabe qué pasó,

la vida pasó,

al menos tu plumaje

seguirá teniendo otros despegues

y aterrizajes,

siempre volarás,

siempre serás.

 

Últimamente he visto un par de palomas muertas y no ha sido nada bonito. Escribí esto y en cuando terminé recordé La muerte del palomo.


En otras noticias, mientras escribía este poema me enteré de la existencia de las flores de hielo (escarchas), y Dios, siento que con ese dato mi alma se regenera, qué bonito.



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