En medio de la nada
nuestro horizonte empezó a incendiarse,
la llama ha empezado a expandirse
y quién sabe dónde terminaremos.
Destellos a media noche,
mi ventanal empieza a temblar
y siento el relámpago dentro de mí,
eres la corriente,
quiero saber de dónde vienes.
Destellos que han hecho cambiar los colores del cielo,
yo quedo estática
ante su estética,
pero algo me llama
y no sé cómo nombrarlo,
¿quién eres?
Criatura nocturna
que se he vuelto un sueño,
destellos,
estallo en todos ellos.
Puntos de luz sobre la tierra,
senderos abriéndose,
tomo la distancia que hay de mí a ti,
necesito ir,
quédate en el cénit.
Destellos,
¿qué es lo que surge en ellos?
he llenado todos mis cuadernos
tratando de resolver mis misterios
y cada día pierdo más a mi mente.
Destellos a media noche,
pensé que solo eran luciérnagas,
pero es más grande que todo lo que se ha conocido.
Y sigues siendo un misterio.
Luces danzarinas,
déjame una pista
para alcanzarte.
Y les he hablado a todos
sobre el fenómeno en el cielo,
últimamente no puedo pensar en nada más,
he pasado tantas noches contemplando los destellos,
y los nativos me han dicho que no debo ir demasiado lejos
porque nunca estaré de regreso,
pero quiero adentrarme en esa profundidad,
no soy como ellos,
yo todavía estoy descubriendo a dónde pertenezco.
Y he tomado apuntes
marcando la ruta de aquellos destellos,
cada noche eligen el mismo camino,
¿debo de seguirlos?,
¿qué es lo que encontraré?
¿solo me perderé?
hago tantas preguntas al aire
que me quedo sin respirar,
estoy tan cansada como para hoy andar
hasta allá,
y tu luz se alarga por unos segundos
así que inhalo y exhalo,
me recupero,
encuentro un consuelo.
Y antes de ir hacia tus destellos,
quiero tener una certeza
para calmar los miedos que me han ido surgiendo,
tengo que crear un plan,
no puedo tomar la ruta y ya,
aunque debo dar un paso ya.
Estoy cansada de ver cómo tus destellos
estallan en mi ventana,
has cambiado todo el paisaje,
“has cambiado mi destino,
o tal vez tú lo eres”,
susurro mientras contemplo mi techo
pensando en ti,
y esa luz me traspasa,
tú eres la corriente.
Y hablo con todos
en busca de una señal,
en toda mi vida
jamás estuve tan fascinada
ante la luminosidad
y aquello que en mí desencadena,
¿has visto mi cadena?,
¿serás parte de mi condena?
Tomo todas mis cosas
lista para emprender este viaje,
pero alguien me toma del brazo
y me dice que “no vayas demasiado lejos,
nunca estarás de regreso”,
le sonrío para esconder la frustración
de que si me quedo también me perderé,
dime ¿qué es lo que tengo que hacer?
sigo en busca de tu señal
y me detengo en busca de tu señal.
Pero él sigue,
y dice que no tengo idea a lo que me voy a enfrentar,
que ha escuchado leyendas,
que no debo envolverme en ti
porque nunca volveré a mí.
Dicen que contigo siempre es demasiado tarde
para hacer algo al respecto,
te han apodado Ropen,
nadie te conoce realmente.
Y sé que no tomaré su consejo,
pero decidí volver a casa
para juntar mis fuerzas,
estoy dispuesta a que me hagas pedazos
mañana o siempre.
Y vamos de nuevo
con los puntos de luz sobre la tierra
que guían hacia las colinas,
finalmente subí hasta ellas,
solo quedaron las estrellas
¿qué es lo que eras?
Has desaparecido,
y rompo mis ventanas
porque ya no hay paisaje en ellas,
me convertiste en una triste imagen.
Reviso una y otra vez
mis cuadernos
tratando de encontrar una revelación,
ya no estás en los mapas que dibujé,
ahora sé que debí haberme quedado
contemplando a las estrellas nada más,
aunque ellas también se van.
Y solo me quedan los faroles
tratando de encontrar tus luces perdidas
y vuelvo a subir a las colinas
solo para sentir mi caída.
Hice agujeros en mis ventanas,
marcando los puntos que atravesabas.
He tratado de entender
algo de tu ser
y solo entiendo que no había nada qué hacer.
No mentí cuando dije que
eso era más grande que todo lo que se ha conocido.
Sigues siendo un misterio
y estoy demasiado cansada para tratar de resolverlo.
Y ha pasado tanto tiempo
de esas extrañas luces voladoras,
lo que los nativos llamaron Ropen
algunos investigadores han dicho que puede tratarse de un pterosaurio,
no puede ser cierto,
ellos llevan extintos hace millones de años,
¿qué es lo que en ti surge?, ¿en qué resurges?
cada vez te vuelves más irreal,
ahora soy yo una criatura nocturna,
fuiste un sueño y nada más.
Y no es nada nuevo,
hace dos siglos Evelyn Cheesman
observó unos destellos de luz
que se extendían bajo el horizonte,
y todo sigue siendo un misterio
que ni siquiera ella pudo resolver,
¿y quién soy yo?,
¿qué es lo que hiciste en mí?
En el libro Pasión por los insectos de Xavier Sistach (2019), se expone que la gran entomóloga Cheesman en uno de sus viajes alrededor de 1933 y 1934 en las profundas selvas de Nueva Guinea, observó unas luces extrañas que volaban horizontalmente. Ella en su diario apuntó que vio un destello que se alargaba por unos segundos, y durante la misma noche volvió a suceder y esta vez contó, cuatro o cinco segundos duraba la luz que siguió haciendo aparición en intervalos y cambiando de posición, ella midió la distancia de donde ella estaba hasta aquellos extraños puntos, para buscarlos en la mañana. Los destellos habían estado siguiendo una ruta concreta por las colinas. A la semana ese fenómeno volvió a suceder. Ella no supo lo qué era, pero descartó que proviniera de una acción humana, debido que no tenía sentido que las “linternas” se encendieran a intervalos sobre una distancia de cuatro a cinco kilómetros de colina.
En el mismo libro se informan sobre las teorías que han tratado de resolver el misterio, como la de Richard Muirhead, que abrió la posibilidad de que aquello fuera un críptico, animal hipotético estudiado por la criptozoología. Considerando que las luces podrían “provenir de las bioluminiscencia de unas criaturas voladoras que algunos investigadores han identificado con ptesrosaurio o lagartos alados, un orden extinto de saurópsidos que existieron durante toda la era mesozoica, entre 228 y 66 millones de años atrás”. Por otra parte, en 1994 Jim Blume, Carl Baugh y Paul Nation hicieron su primera expedición a la isla de Umboi, entrevistando a nativos que aseguraban haber visto de forma regular aquellos destellos, ellos le llaman Ropen, y consideraban que esa era una gran criatura voladora que capturaba peces en la noche. Así como relatos como que “un hombre trabajaba en su jardín cuando lo atacó ruidosamente un ropen. Cuando quisimos saber qué sucedía fue demasiados tarde, aquella criatura se llevó al hombre a un gran árbol y se lo comió”.
En 1994, volvieron a Umboi, y Blume dijo que observo unas luces brillantes, que quizá se trataban de las de un ropen.
Sistach expuso más casos para hablar de este fenómeno, y destacó todavía no se han encontrado restos ni ningún registro de avistamiento, solamente las luces de origen misterioso, las cuales surgieron con la observación y anotación de Cheesman.
Y acá no estoy para criticar la teoría, sino para hacer una representación de ella, tomarla como metáfora para otra historia, crearla, aunque a Cheesman le gustaría más lo científico que lo poético y está bien.
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