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Foto del escritorANMIR MARTZ

Corazones titilando, perdidos en el espacio

Nuestros corazones han estado titilando

perdidos en el espacio,

¿dónde dejaste nuestros (r)astros?


Amor,

¿dónde está el resplandor?

ahora única esperanza que me queda

es explotar en una supernova,

el estallido

reunirá a cada latido

y quizá retomarás el sentido.


El fulgor te quitó el humor,

estrella mía,

te has vuelto tan distante

y ahora ya no estamos en ninguna parte.


Mi sol,

¿en qué nos has convertido?

tal vez alguna vez volveremos a ser tan radiantes,

espérame, por favor,

una supernova nos hará (re)encontrar,

pero ya hemos empezado a colapsar.


Devuélveme el calor, el color, mi amor,

vuelve a nuestro resplandor,

nuestros corazones han estado titilando

perdidos en el espacio,

y poco a poco me he ido agotando,

tu fulgor y mi clamor

no han podido reunir a cada latido,

¿recuerdas lo sentido?


Mi Atlas,

nos estamos dejando atrás,

nos hemos enfriado,

sé que la vida solo es una fase estelar,

¿aún queda algo qué puedas amar

y en este vacío te puedas aferrar?


Todas nuestras vidas nos han traído a este punto

donde nos perdemos en la inmensidad del cielo

y como las enanas blancas

nuestros corazones con sus siglos

nos han vuelto tan sigilosos.


Nos hemos perdidos,

pero seguimos en el atlas,

y en nuestro silencio escuchó a algún Dios

decir que no acepte la derrota tan rápido,

porque nuestra estrella

puede convertirse en una centella

en la supernova,

y tal vez sea nuestro final

o el nuevo comienzo de algo más,

ojalá sea lo que quiero,

eres lo único que quiero.


Pero me voy enfriando,

silenciosamente estoy muriendo

y trato de resistir

porque aún tengo qué decir.


Y lo sé,

el fulgor te quitó el humor

e intercambiaste el fervor

por el terror,

¿y dónde dejaste el amor?,

¿por qué has dejado mi amor?


Dios, ya he tenido suficiente,

he perdido mi calor y color,

me voy desvaneciendo

lentamente y silenciosamente,

este es mi verdadero final,

¿y quién podría saber?

tú te retiras antes de poder tocar a tu oscuridad,

pero en este cruel enfriamiento me conviertes

en algo como una enana negra y desparezco.


El titilar se empezó a apagar

y el universo se empezó a agrietar,

y nos enfriamos

hasta desvanecernos

en ese punto del cielo

donde nunca más volverá existir ninguna estrella.


Y como si hubiéramos terminando en una supernova,

el gran colapso me mantuvo flotando

esperando poder tomar algo,

¡qué fácil fue borrarnos!

¿y quién podría encontrarnos?

aunque las enanas negras siguen siendo parte cielo,

algún día estallarán para marcar el fin del universo,

no te atrevas a culparlas, ellas no lo sabrían,

por tanto tiempo han estado acostumbradas a lo silencioso y muerto,

reunirán, finalmente, cada latido y crearán un estallido,

y no existirá nadie para apreciarlo,

este es el verdadero final de todo.

 

*Atlas es una estrella que le pertenece a la constelación de Tauro (mi signo), aunque en este poema toma dos significados y por eso la elegí.


Según yo, en este poema, de alguna manera, está la cuestión científica (bueno, referencias) de las supernovas, enanas blancas y negras. La situación de ellas me parece bastante poética como para haberla desaprovechado, así que escribí este poema que cuenta su consumación.


Y evidentemente surgió por el poema pasado con la cuestión de “terminamos en una supernova, el gran colapso me mantuvo flotando esperando volver a fusionar con nuestra constelación”. No podría decir que esta es (o no) su segunda parte, pero definitivamente existen bajo el mismo “Multi-verso”. Y claramente cualquier poema mío tiene la misma madre.


Y brevemente:


Las enanas blancas, a pesar de ser un final de las estrellas, pueden, de alguna manera (muy cientifica), ser parte de una supernova. Y la supernova no crea estrellas, pero en su explosión sí da material para su formación (así que si puede ser el final de ellas o el nuevo comienzo de algo más).

Por otra parte, las enanas blancas pueden convertirse en enanas negras, el verdadero final de ellas, y de estas no hay tanta información, pues al apagarse, se vuelven invisibles y por lo tanto, indetectables. Y supuestamente, bajo el estudio de Caplan, la explosión de ellas podría ser lo último interesante del universo, pero hasta que eso pase ya todo estaría en silencio y muerto (el verdadero final de todo).

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