Donde termina mi infierno,
ahí comienza tu cielo,
¿y cómo reclamar
lo que yo tampoco supe dar?
Las nubes no han sido más que avalanchas,
siempre me desvanezco en ellas,
hoy lloverá,
hoy algo me ahogará,
supongo que a veces te tienes que dejar llevar,
¿hay algo que estés tratando de encontrar?
Habitas en mis cielos interiores,
aun cuando podemos contemplar el mismo cielo,
por mi parte, me he quedado con muchas cosas sin saber,
de tu vida o de ti,
así que preguntaré,
¿prefieres el amanecer o atardecer?
yo me quedo con nuestro anochecer
y con lo que pudo suceder.
Habitas en mis cielos interiores,
en cada uno de sus elementos
y en cada partícula del universo,
pero perdí el privilegio de saber qué compone tu mundo,
terminamos en una supernova,
el gran colapso me mantuvo flotando
esperando volver a fusionar con nuestra constelación,
algo en mí estalló, tal vez solo fue mi corazón,
y amo que no sepas que por ti perdí mi razón,
no me deshonres más.
Cielo,
de mis cielos inmóviles
tú eres las nubes,
¿cómo te atreves a estar
en mi desvanecer
y en lo que no pudo ser?
Me he quedado con muchas cosas sin saber,
así que preguntaré,
¿qué cielos prefieres:
los despejados o estrellados?,
¿te has vuelto más sabio
o te permites soñar ya?
Por mi parte, me he quedado con muchas cosas de ti sin conocer,
¡qué gran vacío del ser!,
tal vez en un cielo más despejado,
tal vez en un cielo más estrellado,
tú, yo…
pero el cielo es tuyo.
Donde termina mi infierno,
ahí comienza tu cielo,
y espero que estés bien.
Fotito del cielo de hoy a las 7:04
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